¿Te has encontrado alguna vez en reuniones clave que de repente se atascan y cuya fluidez fuiste incapaz de restablecer a pesar de las muchas herramientas de comunicación que has aprendido? ¿Has tenido una videollamada importante que se ha ido acalorando y te ha llevado a tomar malas decisiones y, sin embargo, después te has dado cuenta de lo que podías haber dicho? ¿Quizás dirigiste una reunión que creías que iba bien, pero en la que los asistentes no se ponían de acuerdo hasta que, exasperado, les empujaste a comprometerse?
Lo que tienen en común esas situaciones es una sensación de confusión, una dificultad para entender lo que está ocurriendo y, por tanto, una incapacidad para tomar las medidas adecuadas. ¿A qué se debe?
El por qué
Muy a menudo, las conversaciones importantes desencadenan emociones intensas que reducen nuestra capacidad para pensar con claridad y decidir con eficacia. En estas situaciones, las personas suelen recurrir a reacciones psicológicas…