La capacidad de atraer talento altamente cualificado de todo el mundo es un elemento clave para alimentar la innovación y el espíritu empresarial de una nación. Un nuevo estudio realizado por Arturo Bris, Shlomo Ben-Hur, Marco Pistis y yo mismo sobre los factores que impulsan a las personas a cambiar de país por motivos de trabajo -The macro-contextual drivers of the international mobility of managers and executives- evalúa si la remuneración basta por sí sola para fomentar una afluencia constante de talento. Descubrimos que la remuneración, aunque importante, no es el principal factor de atracción para una mano de obra altamente cualificada que desea moverse.
El tira y afloja del mercado laboral internacional
En concreto, preguntamos por la eficacia de los aumentos salariales para atraer a ejecutivos de 190 países a 32 países de la OCDE. El panorama es más matizado de lo que cabría esperar.
Por un lado, algunos de los que desean trasladarse ya están establecidos en puestos bien remunerados. Así que, aparte del dinero ¿qué otros factores podrían atraer a un ejecutivo con experiencia a un nuevo entorno?
Uno de los factores más persuasivos es la calidad de vida en el posible país de acogida, incluida la de los sistemas educativo y sanitario. Los ejecutivos de entre 30 y 40 años suelen tener hijos menores de 18 años, por lo que, cuando se trasladan, piensan a largo plazo. En este contexto, la calidad de la educación de los países de acogida se convierte en un factor esencial en su decisión de mudarse. Otros factores clave se centran en el bienestar familiar. El posible nuevo hogar que se esté considerando debe ofrecer una asistencia sanitaria de alta calidad, algo que puede cobrar aún más importancia si los ejecutivos deciden permanecer en el país de acogida tras su jubilación. Además, sobre todo para los empleados con familia, es necesario un entorno seguro y protegido e, idealmente, un mercado inmobiliario atractivo (o al menos adecuado).
Una estrecha relación
Nuestra investigación tiene implicaciones tanto para las empresas como para los países en los que operan. La disponibilidad de estas condiciones favorables reflejará el grado en que el entorno empresarial puede atraer talento y empresas del extranjero. Un país que da la bienvenida a los inmigrantes y les ayuda a empezar una nueva vida tiene muchas más probabilidades de disfrutar también de una normativa sólida que favorezca la actividad empresarial y de un mercado laboral libre de excesivos trámites burocráticos.
En cuanto al primero, la captación eficaz de talento internacional depende de dos procesos relacionados. Las empresas deben tener en cuenta los deseos y necesidades de los grupos destinatarios para aumentar la probabilidad de convencerles de la conveniencia de reubicarse y, a continuación, posicionarse en consecuencia. Esto significa convencer a los grupos de ejecutivos destinatarios de que tendrán un sentimiento de pertenencia a la empresa y de que encontrarán lo que buscan, tanto en términos de oportunidades profesionales, como de bienestar propio y de sus familias.
Lo que el estudio identifica como “afinidad cultural” también es clave. Supongamos, por ejemplo, que las empresas mexicanas deciden dirigirse a ejecutivos panameños. Estas empresas necesitan entender lo que significa “calidad de vida” para este grupo, y los ejecutivos panameños que estén pensando en trasladarse necesitan saber lo que implica pertenecer a una empresa mexicana. Las estrategias de marca pueden hacer hincapié en un sentido de afinidad cultural (en este ejemplo concreto, la proximidad geográfica podría facilitar la tarea, ya que las dos culturas deberían tener más en común, al menos teóricamente,).
La confianza mutua también es vital. Esto debe reforzarse con un proceso de contratación transparente e inclusivo, sobre todo si las empresas esperan que los empleados se desplacen por todo el mundo para unirse a ellas. También en este caso, las estrategias de marca pueden hacer hincapié en la importancia de la confianza en la relación empleador-empleado.